Una combinación de factores políticos y personales fue, al parecer, la causa que marginó a Jorge Luis Borges del premio Nobel de Literatura, la máxima distinción a la que puede aspirar un escritor.
Bueno la pregunta es: ¿Por qué Jorge Luis Borges no recibió el premio Nobel? Corren muchas teorías de este dilema pero los más sonados son los siguientes:
· La visita que hizo en 1976 al general Augusto Pinochet, al que elogió en plena dictadura chilena.
· La crítica que formuló a la obra del poeta sueco Artur Lundkvist, que más tarde fue secretario permanente de la Academia Sueca, organismo que otorga el galardón.
Razones políticas y personales impidieron el camino al Nobel
Habrían influido la visita a Pinochet y las críticas a un miembro del comité sueco. Lo más probable es que entre las causas del desaire de la Academia Sueca haya habido una combinación de factores políticos, personales y hasta literarios.
Según el Diario La Nación dos hechos parecen haber marginado a Borges de la más alta distinción literaria. El primero se remonta a 1976. El escritor fue invitado al Chile de Pinochet, por entonces el dictador que más rechazo provocaba en la intelectualidad de Europa y América latina.
Allí, el 21 de septiembre -el mismo día en que asesinaron al ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington-, Borges recibió de manos de Pinochet el doctorado honoris causa en la Universidad de Chile y pronunció un discurso cuestionado, del que años después se arrepintió públicamente.
El diario La Tercera, de Santiago, reprodujo esas declaraciones en su edición del domingo último: "En esta época de anarquía sé que hay aquí, entre la cordillera y el mar, una patria fuerte. Lugones predicó la patria fuerte cuando habló de la hora de la espada. Yo declaro preferir la espada, la clara espada, a la furtiva dinamita. Y aquí tenemos: Chile, esa región, esa patria, que es a la vez una larga patria y una honrosa espada". Estas fueron palabras del Discurso que dijo Borges del presidente Pinochet.
Pero eso no es todo. Borges accedió luego a reunirse con Pinochet y tras el encuentro ensalzó al dictador ante la prensa, según La Tercera: "El es una excelente persona, por su cordialidad, su bondad... Estoy muy satisfecho". "Esas palabras fueron fatales porque entonces las dictaduras latinoamericanas y sobre todo la de Pinochet eran consideradas monstruosas en el mundo."
La otra interrogante que se dice lo alejo del Nobel, se trata de Artur Lundkvist, miembro de la Academia Sueca, la entidad que otorga el premio. Este era escritor prolífico, de izquierda y muy admirado en su patria, Lundkvist era el académico sueco que más sabía de literatura latinoamericana. Fue él quien introdujo y tradujo a Borges en su país.
El escritor chileno Volodia Teitelboim, autor de Los dos Borges comento y escuchó una revelación del caso Borges. "Me dijo: la Academia Sueca nunca le dará el Nobel a Borges. Le pregunté por qué. Mencionó el encuentro con Pinochet, los elogios al dictador. Y agregó: la sociedad sueca no puede premiar a alguien con esos antecedentes Teitelboim dijo que supuestamente, un miembro de la Academia no puede expresarse en esos términos".
Después Artur Ludkvist, manifestó públicamente que jamás recaería el Premio Nobel de Literatura sobre Borges por razones políticas. Ahora bien, pese a que los académicos se mantuvieron recalcitrantemente tercos durante la última década de vida del escritor, se alzaron voces, cada vez más numerosas, denunciando que esa actitud desvirtuaba el espíritu del más preciado premio literario.
Jorge Luis Borges era ya el elegido en mayo de 1976, pero no lo fue en la votación final de noviembre. En realidad, el premiado de aquel año fue el magnífico y deprimente Saul Bellow, elegido de prisa a última hora, a pesar de que los otros premiados en las distintas materias eran también norteamericanos.
Lo cierto es que, el 22 de septiembre de aquel año -un mes antes de la votación-, Borges había hecho algo que no tenía nada que ver con su literatura magistral: visitó en audiencia solemne al general Augusto Pinochet. «Es un honor inmerecido ser recibido por usted, señor presidente», dijo en su desdichado discurso. «En Argentina, Chile y Uruguay se están salvando la libertad y el orden», prosiguió, sin que nadie se lo preguntara. Y concluyó impasible: «Ello ocurre en un continente anarquizado y socavado por el comunismo». Era fácil pensar que tantas barbaridades sucesivas sólo eran posibles para tomarle el pelo a Pinochet. Pero los suecos no entienden el sentido del humor porteño. Desde entonces, el nombre de Borges había desaparecido de los pronósticos.
Para todos estaba claro que nadie con más justicia que Borges lo merecía y que era la Academia Sueca quien se desacreditaba con su postura. La concesión del Premio Cervantes en 1979 compensó en parte este agravio. En cualquier caso, durante sus últimos días Borges recorrió el mundo siendo aclamado por fin como lo que siempre fue: algo tan sencillo e insólito como un "maestro".
Considero que tal vez Borges hizo mal en decir cosas a las que luego se arrepintió y esta bien. Pero con el otro problema ese se toma como cosas de niños. Supuestamente los del Jurado debieron ver el talento de sus letras y su prosa, no con quien se relacionaba.
Se ve que fue por pura mala onda y deberían de considerar que Borges es y ha sido uno de los genios político-literarios Argentinos que han tenido mas peso a lo que fue su obra. Se merecía el Nobel “SI” dicen todos los files lectores y literatos de su país.
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